La cultura latinoamericana del siglo XX ha producido una magnifica floración literaria, incluyendo reflexiones de gran belleza y hondura, como las de Jorge Luis Borges o de Octavio Paz. En el campo de la filosofía rigurosa y relacionada con la ciencia, los resultados no han sido tan brillantes, aunque unos pocos autores han alcanzado una merecida proyección internacional. Entre ellos destaca sin duda Roberto Torretti, posiblemente el mejor filósofo de la ciencia en lengua castellana y uno de los mejores en cualquier lengua.
Jesús Mosterín

A pesar de que en nuestro país la tradición filosófica se ha mantenido de manera casi permanente en un discreto segundo plano, debido principalmente a la preponderancia en el campo intelectual chileno de la actividad literaria y las ciencias sociales, la calidad de algunos de los aportes realizados desde esta disciplina suple las más de las veces la aparente escasez de autores dedicados a la reflexión filosófica. Entre estos aportes fundamentales se encuentra la obra de Roberto Torretti, centrada principalmente en el ámbito de la filosofía de las ciencias y la historia de las ideas.

Torretti -quien estuvo casado con la también filósofa Carla Cordua- jugó un rol central en el desarrollo del pensamiento chileno del siglo XX, lo que ha quedado de manifiesto a través de sus más de doscientas publicaciones, entre libros, artículos, ensayos y reseñas. En el campo de la historia de la filosofía, por ejemplo, su libro Manuel Kant: estudio sobre los fundamentos de la filosofía crítica (1967) es considerado por muchos como una de las obras en habla hispana más importantes sobre el pensamiento del filósofo de Königsberg, y forma parte de una nutrida bibliografía que Roberto Torretti dedicó al estudio de la obra de Kant.

Doctor en Filosofía por la Universidad de Freiburg, Torretti desarrolló su carrera académica en diversas universidades chilenas y extranjeras a partir de 1955, año en el que comenzó dictando clases de filosofía y psicología en la sede Valparaíso del Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. También se ha desempeñado, entre otras cosas, como director del Departamento de Filosofía de la Universidad de Concepción y del Centro de Estudios Humanísticos de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, por el cual pasaron Patricio Marchant, Enrique Lihn y Nicanor Parra, entre otros destacados intelectuales y creadores nacionales. Al comenzar la década de 1970, Roberto Torretti abandonó el país y se radicó en Puerto Rico junto a Carla Cordua, lugar donde llevó adelante una fructífera labor tanto como catedrático de la Universidad de Puerto Rico -de la cual fue profesor emérito- como en su rol de director de la revista Diálogos.

En el campo de la filosofía de las ciencias, Roberto Torretti fue considerado no solo uno de los principales exponentes de esta disciplina en lengua hispana, sino un referente obligado y uno de los máximos expertos en esta área del conocimiento. Esta reputación estuvo avalada por obras como Philosophy of Geometry from Riemann to Poincaré (1978), Relativity and geometry (1983) y El Paraíso de Cantor (1998), obras que se suman a una vasta producción en torno al espacio-tiempo y la filosofía de la geometría, por mencionar algunas de las principales preocupaciones de este autor.

Fue miembro de número de la Académie Internationale de Philosophie des Sciences y del Institut International de Philosophie. En 2011 obtuvo -junto a Carla Cordua- el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales. Falleció el 12 de noviembre de 2022, a la edad de 92 años.