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Industrias alemanas en Valdivia, Osorno y Llanquihue

Durante la colonización de los territorios de Valdivia, Osorno y Llanquihue, la actividad económica de los colonos alemanes estuvo centrada al inicio en la venta de madera producida por la tala y roza de los lugares en que se asentaron; la siembra y cosecha de productos agrícolas, principalmente trigo, cebada, papas, verduras y hortalizas en general; la ganadería ovina y bovina; y algunas actividades artesanales como la herrería, carpintería, mueblería, talabartería.

Tanto la fertilidad de las tierras y su buena irrigación a través de la red de ríos que cruzaban los pueblos y localidades, como el forraje disponible todo el año, permitieron que la industria agro-ganadera fuera por algunos años la principal actividad económica, lo que convirtió a varias familias de colonos en terratenientes, sobre todo en las zonas de La Unión, Llanquihue, Puerto Varas y Puerto Montt.

La construcción de casas particulares y edificios públicos ayudó a colonos con formación en albañilería a trabajar en ese rubro, puesto que a su llegada la ciudad de Valdivia y las localidades de la costa y el interior eran muy pequeñas y no poseían la estructura y comodidades de ciudades modernas como las europeas, por lo que la transformación urbana se evidenció rápidamente.

También se emplearon en la apertura de caminos entre las diferentes localidades y a fines del siglo XIX varios participaron como obreros y profesionales en la construcción de los ferrocarriles de la zona. Respecto al cambio de la ciudad gracias al trabajo alemán, Rodulfo Amando Philippi (1808-1904) señaló que "la llegada de los colonos alemanes cambió rápidamente el aspecto de la ciudad, y ahora Valdivia parece una simpática ciudad alemana de provincia, tiene hasta ya algunas magníficas casas hechas de ladrillos, y cuando estuve la última vez en Valdivia, sólo existían todavía dos casas al estilo antiguo" (Philippi, Rodulfo A. "Los orígenes de la colonización alemana en Chile". En Alemanes en Chile en su primer centenario, Santiago: Liga Chileno-Alemana, 1950, p. 16).

A los agricultores, ganaderos y artesanos de las primeras oleadas de inmigrantes alemanes, se les unieron profesionales, capitalistas y comerciantes que llegaron con cierto capital para invertir en tierras, industrias manufactureras y negocios comerciales, sobre todo desde 1870 en adelante. Mientras que los profesionales poco a poco se integraron al gobierno local y prestaron servicios al Estado y de manera privada, los comerciantes y capitalistas formaron diversas compañías e industrias que se encadenaron con las provincias del norte, sobre todo con el puerto de Valparaíso, Concepción, la capital y luego con Tarapacá y Antofagasta tras la Guerra del Pacífico.

El giro industrial y comercial se debió a la reducción de las tierras de cultivo hacia la década de 1860, lo que generó una migración hacia localidades más urbanizadas, sobre todo hacia Osorno, Valdivia y Puerto Montt, lo que ayudó a las nuevas oleadas de migrantes a desarrollar inversiones, a la distribución de los productos de la zona por todo el territorio nacional y a la exportación hacia puertos extranjeros como el de Hamburgo, sobre todo cuando el enclave comercial Valdivia-Corral creció como puerto en la zona sur (Quezada Brown, Carlos. "Orígenes de la industrialización en Valdivia: inmigración alemana, geografía y resurgimiento económico". Santiago: Revista de Humanidades, Universidad Nacional Andrés Bello, volumen 19-20, p. 120-122).

Entre las principales actividades urbanas -además de las manufacturas artesanales para el consumo local- que desarrollaron los colonos entre 1870 y las primeras décadas del siglo XX se encuentran el rubro cervecero, bebida alcohólica producida primero artesanalmente y luego de manera industrial desde 1880, y donde destacó la familia Anwandter, quienes lograron competir en el mercado nacional y sobresalir respecto a las cervezas inglesas y alemanas importadas. "Anwandter Hermanos" fue la primera cervecería que introdujo maquinaria industrial moderna y que tuvo certificación bávara. También incursionaron en la producción cervecera las compañías Roepke e Hijos y Hoene & Eimbecke.

Otro rubro industrial fue las curtiembres, entre ellas la de Herman Schülke y Edward Prochelle, los primeros en exportar cueros de calidad a Hamburgo a través de la Compañía Industrial de Valdivia. Christian Rudloff y los hermanos Schüler también produjeron cueros, generando gran demanda de mano de obra en sus faenas.

Tuvo relevancia de igual modo la industria astillera para la construcción y reparación de barcos, cuando el enclave y puerto Valdivia-Corral alcanzaron mayor relevancia y donde se destacaron las faenas de la familia Behrens, de Enrique Wilhelms y el de los hermanos Oettinger. Esto ayudó a la creación de compañías de navegación que recorrieron la costa nacional y los puertos europeos, como la compañía de la propia familia Oettinger y de diversas compañías pequeñas que recorrían los ríos de la provincia. Las destilerías de alcohol alemán tuvieron su auge hacia finales del siglo XIX, como por ejemplo la compañía de Albert Thater, aunque declinaron en 1902 con la promulgación de la Ley de Alcoholes que aumentó los impuestos e incluyó ciertas restricciones a la producción, distribución y consumo (Bernedo, Patricio. "Los industriales alemanes de Valdivia, 1850-1914". Santiago: Historia, Volumen 32, Pontificia Universidad Católica de Chile, 1999, p. 10-41).

Todas estas industrias germanas tuvieron representación desde 1884 en la Sociedad de Fomento Fabril. Se creó además en Valdivia un Consejo Local de Industrias y las cámaras de Comercio e Industrial de Valdivia.

Entre 1914 y 1920 la industria alemana declinó en general, principalmente por los efectos económicos de la Primera Guerra Mundial -la mayoría importaba máquinas, repuestos e insumos desde Alemania, aprovechando sus contactos comerciales- y la crisis de la industria salitrera que disminuyó el consumo interno de productos de la provincia sureña. La mayoría de los establecimientos industriales de la colonia alemana fueron incluidos tanto en las reseñas de la Industria Nacional de Julio Pérez Canto (1867-1953), como en el Álbum de la zona austral de Chile de Juvenal Valenzuela publicado en 1920.

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