Eso es Alerce, y más, una voluntad firme donde se reúnen artistas, compositores e interpretes, cantores populares, todos aquellos que reconocen en nuestro sello el latido vital y la savia de generaciones que tratan de expresarse en música, en poesía, en todo cuanto vaya plasmando el rostro de nuestra tierra.

(Gran catálogo Alerce. La otra música, 1990, p. 5).

Fundado por Ricardo García en el año 1975, el sello Alerce nació y se desarrolló en medio de la dictadura de Augusto Pinochet. En este contexto crítico, tanto para la historia de Chile como para la historia de la música chilena, el sello se abocó al rescate de un conjunto de expresiones artísticas excluidas de los medios de comunicación tradicionales: el catálogo del sello DICAP (Discoteca del Cantar Popular), la Nueva Trova Cubana o la música latinoamericana que no cabía en el perfil de la música popular masiva. Además, el sello se dedicó a la promoción de nuevos artistas y tendencias musicales como la música andina.

El sello Alerce, junto a agrupaciones identificadas con el Canto Nuevo, revistas como La Bicicleta y organizaciones no gubernamentales de estudio e investigación como Ceneca, fue parte de una configuración alternativa de la cultura durante la dictadura. Esta cultura musical alternativa -que se desarrolló principalmente en peñas y utilizó el casete como soporte sonoro y de registro- fue transformándose en un símbolo de oposición al régimen autoritario.

Durante la década de 1980, en medio de protestas y algunos signos de apertura política, "la otra música" de Alerce fue diversificando su apuesta fonográfica, añadiendo a su catálogo, además de la música de raíz folclórica, rondas infantiles, música docta, música pop y un conjunto de bandas jóvenes que conformaron lo que se conoció como nuevo rock chileno.

El sello Alerce ordenó su catálogo en series temáticas que correspondían a un género o movimiento. Para el año 1993, Alerce contaba con las series: "Vanguardia", en la que se incluyó música de fusión y rock, con intérpretes como Congreso, Fulano, Corazón Rebelde y Sexual Democracia; "Nueva Canción Chilena"; "Canto Nuevo", que contó con artistas como Santiago del Nuevo Extremo, Patricio Liberona, Eduardo Peralta y Schwenke y Nilo; la serie "Folclórica", que incluyó a la agrupación Chamal; las series "Infantil", "Popular", "Jazz" y "Clásica", que reunió a intérpretes como Roberto Bravo y Eulogio Dávalos; además de las series "Étnica", de música folclórica y de pueblos originarios, "Documentos", abocada a la producción de discos de sonidos no musicales como registros de la Guerra Civil Española, la Revolución Mexicana o discursos, "Canto Americano" y "Nueva Trova Cubana".

Con el cambio de siglo, el sello Alerce comenzó a tener importantes dificultades económicas. La pérdida de los derechos de distribución de Silvio Rodríguez en 2003, la opción de muchos músicos chilenos por la independencia de la industria musical establecida, la consiguiente baja en las ventas y la competencia de las grandes compañías discográficas fueron factores que sumados llevaron a que la producción de Alerce, en el año 2010, llegara solamente a 5 discos y a que, en el año 2011, el sello vendiera el estudio de grabación, conocido como Estudio 380, que había proyectado como el epicentro del trabajo musical chileno para el nuevo siglo.

A pesar de las dificultades de la contingencia política o económica, el sello Alerce -que llegó a ganar el Premio a la Música Presidente de la República en la categoría Producción Fonográfica el año 2006- fue uno de los protagonistas de la producción, distribución y escucha de la música popular en Chile durante las últimas décadas del siglo XX.

Minisitio desarrollado en colaboración con el Archivo de Música de la Biblioteca Nacional de Chile en el contexto de la donación del legado documental del sello Alerce a la Biblioteca Nacional. Esta donación fue realizada por la empresa fonográfica, productora de discos y editora de música "Alerce, la otra música", representada por Viviana Larrea, el 14 de julio del año 2016.