Terra Australis Ignota
Terra Australis Ignota, que significa Tierra austral incógnita, fue una referencia cartográfica comúnmente utilizada durante los siglos XV al XVIII que aludía a territorios sobre los cuales no se tenía conocimiento como la Antártica y Oceanía.
Este concepto fue utilizado por primera vez por Aristóteles quien afirmaba la existencia de masas desconocidas en los diferentes polos, premisa que se anteponía a la idea homérica de que la tierra flotaba sobre el agua como un disco y que se encontraba cubierta por una semiesfera transparente.
Hacia el siglo V a.C los griegos ya afirmaban que la tierra era una esfera, lo que se materializó con Eratóstenes de Cirene quien midió la longitud del meridiano terrestre en 39.500 km (la medición real es de 40.000 km).
En el siglo I a.C, Claudio Ptolomeo, heredero de la concepción de la tierra de Aristóteles, señaló, en su obra Geographia o Altas del Mundo, que el océano Índico concluía en una masa de tierra ignota al sur. Geographia fue la principal fuente de información para los cartógrafos europeos hasta entrado el siglo XVI, por lo que la idea de una Terra Australis Ignota durante el Renacimiento se potenció con las exploraciones europeas de la época y era incluida en los Mapamundi de la época. A este territorio comúnmente se le atribuían características fantásticas como la existencia de serpientes marinas, grandes dragones Y sirenas, entre otros seres mitológicos.
Con los descubrimientos de los siglos XVII y XVIII, las representaciones sobre una "tierra austral" se fueron corrigiendo a partir del descubrimiento de Australia, Nueva Zelanda y la Antártica, hasta finalmente desaparecer de los mapas durante el siglo XIX.