Carlos Pezoa Véliz fue un poeta fecundo que no llegó a publicar ninguno de sus libros mientras vivía. Luego de su muerte, el 21 de abril de 1908, el escritor Ernesto Montenegro inicia la labor de preparar una primera antología del poeta. Para ello recoge la obra de Pezoa dispersa en periódicos y revistas. En 1912, aparece esta antología titulada Alma chilena.

"Sobre el campo el agua mustia

cae fina, grácil, leve;

con el agua cae angustia;

llueve...

Y pues solo en amplia pieza,

yazgo en cama, yazgo enfermo,

para espantar la tristeza

duermo..."(fragmento)