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Real situado

Durante el siglo XVI la Guerra de Arauco era financiada íntegramente por los vecinos de cada cabildo, situación que generaba grandes gastos económicos, los que se vieron agravados con la pérdida de los lavaderos de oro allende el Bío-Bío en la gran rebelión de 1598-1604. Después de reiteradas peticiones, el rey Felipe III autorizó, en 1603, la creación de una subvención económica desde el virreinato del Perú para financiar un ejército profesional que protegiera la frontera. El real situado, como se le llamó, fue un alivio económico para los vecinos y fue fundamental en la institucionalización de un ejército fronterizo, labor que correspondió al gobernador Alonso de Ribera. El real situado, que por lo demás nunca llegó de manera permanente, se convirtió en un estímulo a la economía nacional y en muchas ocasiones fue objeto de negociados y estafas por parte de gobernadores inescrupulosos.

Presentamos a continuación la transcripción de dos documentos, el primero de los cuales es un bando del gobernador Alonso de Ribera sobre la paga del ejército (22/1/1604) y el segundo es una carta de D. Francisco Villaseñor, veedor general de la gente de guerra en Chile, avisando su llegada (20/3/1604), que trata sobre gastos de la real Hacienda, de la necesidad de que nuevos vecinos se incorporen al ejército y sobre sueldos.