Velorio del angelito
El velorio del angelito es una de las tradiciones populares más arraigadas en el campo chileno, y una de las principales instancias de interpretación del canto a lo divino. Con distintos matices, se practica en otras áreas de América del Sur como Argentina y Uruguay.
Se denomina "angelito" a los niños que fallecen antes de cumplir los tres años, aunque en ocasiones la práctica se ha realizado a niños de hasta 7 años. Ésta es una ceremonia consistente en el constante rezo del rosario y cánticos piadosos, acompañado de cena de medianoche, ingesta de licor conocido como "gloriao" (nombre que dice relación con la gloria del niño al ir al cielo), y quema de incienso. Asimismo, en una mesa, la "mesa de los santos", se colocan distintas imágenes religiosas, se prende una sola vela rodeada de flores blancas, y se construye un altar donde, muchas veces, se instala el cadáver del niño muerto disfrazado como ángel: vestido con una túnica blanca adornada con lazos celestes y, algunas veces, con unas alitas para ayudarle en su viaje celestial. En ocasiones se instala el cuerpo del niño sentado o de pie, con las manitos juntas apretando un ramo de flores blancas. La jornada es acompañada de rezos, cánticos y, ocasionalmente, un baile conocido como balambo.
El fundamento de esta ceremonia, es que cuando muere un niño pequeño, asciende directamente al cielo por su cualidad de no pecador. Por lo mismo, no se le debe llorar; si esto sucediera, se le hace un mal al alma del difunto.
El cortejo funerario está formado solamente de hombres, quedando las mujeres acompañando a los deudos y tomando mate con cedrón para aplacar la pena.