La Aurora Feminista inició sus ediciones el 15 de enero de 1904 y su dirección estuvo a cargo de Eulogia Aravena Zamorano. Esta publicación se irguió en defensa de los derechos de la mujer, en particular de la mujer obrera y propuso "rejenerar a la mujer chilena i libertarla de su situación actual denigrante para su ser moral". Junto con denunciar la explotación capitalista y la miseria en que vivían madres y niños urbanos, mantuvo un discurso moralista contra aquellas mujeres que permanecían indiferentes a esta realidad. Según Rojas, no sólo las mujeres de alta sociedad se deslumbraban con la moda y ocupaban su tiempo flirteando: las obreras también hacían lo mismo. En su opinión estas eran frivolidades inoficiosas que desnutrían los bolsillos de las trabajadoras y las distraían de la lucha por mejorar su propia condición social.