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Huaca

Desde la época prehispánica era costumbre que cada huaca, por muy pequeña que fuera, tuviera una porción de tierra cuyo usufructo sirviese para las ofrendas y la preparación de bebidas para los asistentes a las celebraciones de sus ritos y fiestas. Gran cantidad de documentos coloniales describen sistemas de tenencia de la tierra aplicado a los ídolos menores, similares al de las huacas importantes, con la diferencia que éstas últimas tenían vastas haciendas. Tal era el caso de Pachacamac que poseía tierras en distintos lugares y valles. Durante el Tawantinsuyo, huacas locales y regionales fueron capturadas y llevadas al Cuzco como muestra de la dominación e integración de las poblaciones y territorios al Imperio Inca.