Renovó completamente el estilo arquitectónico
Durante todo el siglo XVII y los dos primeros tercios del siglo XVIII, predominó en Chile el estilo barroco. A principios del siglo XVIII, llegaron al país sacerdotes jesuitas provenientes de Baviera, los que introdujeron el rococó, dejando una huella de gran importancia en la arquitectura, el arte y especialmente la artesanía rural chilena. De esa época provienen gran parte de los aperos para montar utilizados por los campesinos chilenos hasta nuestros días, como las espuelas, los estribos y las monturas.
En las últimas décadas del siglo XVIII el arquitecto italiano Joaquín Toesca introdujo en Chile el estilo neoclásico. Éste se caracterizaba por el énfasis en la armonía y equilibrio de las formas, a la vez que por una marcada sobriedad en la decoración. El neoclasicismo fue la expresión artística de racionalismo ilustrado, el que pretendía introducir patrones estéticos fundados en principios racionales y abstractos.