Si bien la obra de María Luisa Bombal ha sido releída a partir de la perspectiva de género, cabe advertir que este punto de vista corresponde a un pensamiento teórico desarrollado y sistematizado con posterioridad y, por lo tanto, no fue un elemento que la autora tuviera en cuenta al momento de escribir. Sin embargo, ella sí reflexiona en torno a las condiciones masculina y femenina, identidades genéricas que concibe distanciadas por una gran diferencia, factor que conduce al fracaso de las relaciones entre hombre y mujer representadas por los personajes de sus cuentos y novelas.

De acuerdo con lo anterior, la autora plasma en sus obras una concepción de lo femenino como una condición única y esencial, vinculada a la naturaleza, las emociones y el pensamiento intuitivo, en oposición a la razón y la fuerza masculinas. Actualmente estas categorías han sido cuestionadas y refutadas por la crítica feminista desarrollada a partir de los años 60, no obstante lo cual, reconocemos en ese planteamiento una primera manifestación del pensamiento que condujo más tarde a los discursos reivindicatorios de la mujer como individuo activo dentro de la sociedad.

Pese a no estar sostenida por una teoría formal, en la obra de María Luisa Bombal subyace un pensamiento crítico que cuestiona el orden establecido. Esto ocurre incluso en un nivel metafísico, como es la relación del individuo con Dios, lo que puede verse en uno de sus trabajos menos conocidos, el cuento-ensayo Lo secreto. Los personajes femeninos de sus obras encarnan el conflicto de la mujer reprimida por los deberes del matrimonio y la maternidad, roles que ella misma desafió como mujer intelectual que no formó una familia hasta la madurez.