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Batallas durante la “Reconquista” y la “Patria Nueva" (1814-1819)

Con la llegada del militar español Mariano Osorio (1777-1819) a Chile, la derrota patriota en Rancagua y el inicio de la denominada "Reconquista española", las fuerzas chilenas se exiliaron y reorganizaron en Mendoza, gracias al apoyo del gobernador de la provincia, José de San Martín (1778-1850), quien, además de estar en contacto con los patriotas del Río de la Plata, comenzó a gestar su plan continental para derrotar al Imperio español.

Para San Martín, la "reconquista patriota" de Chile era fundamental, puesto que iba a permitir debilitar a las huestes realistas y fijar un gobierno al sur del Virreinato que deslegitimara y disminuyera la presencia española en el Océano Pacífico. Creía que la caída del Perú, propiciada por un ataque desde el sur, sería un golpe irrecuperable, puesto que allí se agrupaban la mayor cantidad de batallones del ejército realista, los que serían también atacados desde el norte por el ejército de Simón Bolívar (1783-1830), con lo cual se consolidaría la independencia de los nuevos países sudamericanos (Lynch, John. Las revoluciones hispanoamericanas, 1808-1826, Barcelona: Editorial Ariel, 1989, p. 137-147).

Para lograr aquello, organizó el Ejército Libertador a partir del llamado a los patriotas chilenos y rioplatenses dispuestos a luchar en las próximas batallas; hizo un llamado a los afrodescendientes para que lucharan por su libertad, formando así los "batallones de pardos"; levantó industrias para la confección de pertrechos, uniformes y armas; acumuló provisiones gracias a la ayuda de agricultores y ganaderos patriotas; pidió aportes monetarios a patriotas chilenos y mendocinos; solicitó la autorización del gobierno de Buenos Aires para llevar a cabo la campaña chilena; entró en contacto con líderes indígenas para convencerlos de sumarse a la lucha contra los españoles y organizó espías en Chile y una guerrilla liderada por Manuel Rodríguez (1785-1818), José Miguel Neira (1775-1817) -bandolero y guerrillero, reconocido posteriormente como coronel de milicias del Ejército Independentista-, el arriero Justo Estay, entre otros.

Estos últimos desarrollaron lazos con el bajo pueblo, reprimido por los escuadrones de los Talaveras, y se formó una guerrilla popular apoyada también por algunos grupos de mapuche en el sur, que se vieron violentados por la nueva gobernación española liderada por Osorio. Recibieron, además, apoyo en recursos e información de las familias patriotas, sobre todo de aquellas en las que fueron apresados algunos de sus miembros, debido a la persecución política. Se sumaron también militares británicos y franceses napoleónicos, dispuestos a ayudar en la emancipación de Sudamérica (Jocelyn-Holt, Alfredo. La Independencia de Chile. Tradición, modernización y mito, Santiago: Planeta/Ariel, 2001, p. 184-186).

Osorio, entre 1814 y 1815, reorganizó los batallones españoles, solicitó más refuerzos al Virreinato y persiguió a los patriotas que no lograron cruzar la cordillera. Además, para contrarrestar la propaganda patriota que se movilizaba a través de los espías y guerrilleros, publicó la Gazeta del Gobierno de Chile -existente desde 1813, pero con mayor circulación con posterioridad- con la que se propagaron las ideas fidelistas y se escribió en contra de los líderes de la revolución. Los opositores más importantes al régimen español, principalmente políticos e intelectuales, fueron enviados como prisioneros al presidio de la Isla de Juan Fernández.

Debido a un conflicto personal con el virrey, Osorio fue destituido del cargo de gobernador en diciembre de 1815, siendo relegado a labores militares, mientras que la gobernación la encabezó Francisco Casimiro Marcó del Pont (1765-1819).

El cruce de los Andes se realizó en febrero de 1817 por seis puntos de la cordillera entre Huasco y Talca, lo que desestabilizó y sorprendió a los españoles realistas. El 11 de febrero el general Ramón Freire Serrano (1787-1851) sorprendió a los realistas y recuperó Talca tras una ardua batalla.

El principal combate entre patriotas y realistas fue el 12 de febrero de 1817 en la hacienda de Chacabuco, donde el Ejército Libertador, liderado por San Martín, Bernardo O´Higgins (1778-1842) y Miguel Soler (1783-1849), mostró una gran superioridad táctica, numérica y armamentista, dando esa victoria al bando patriota que entró en Santiago el 14 de febrero y formó nuevamente un gobierno chileno en la ciudad (Lara, Alberto. La batalla de Chacabuco. Relación histórica y estudio crítico militar, Los Ángeles: Imprenta del Regimiento de Infantería Lautaro, 1917, p. 81-108).

Entre abril y diciembre se desarrollaron varios combates, entre ellos el de Curapalihue (abril de 1817), triunfo liderado por el general patriota Juan Gregorio de Las Heras (1780-1866); la victoria patriota en la batalla del cerro Gavilán (mayo de 1817); y el sitio de Talcahuano que resultó en una victoria realista.

Con la consolidación del gobierno chileno en Santiago y varias de las batallas más importantes ganadas, el general O´Higgins, en un acto de celebración del aniversario del triunfo en Chacabuco, decidió proclamar la Independencia de Chile el 12 de febrero de 1818.

Tras algunos encuentros menores en el sur, la madrugada del 19 de marzo de 1818 se llevó a cabo la derrota de Cancha Rayada, en la que los realistas españoles tomaron por sorpresa a los patriotas, infringiéndoles importantes daños. Al recuperarse las fuerzas patriotas, los diferentes batallones se movilizaron a Santiago, ya que desde fines de marzo el ejército realista se encontraba cerca de la ciudad. El 5 de abril de 1818 se llevó a cabo en los cerrillos de Maipú la denominada Batalla de Maipú, abierta con los fuegos del cuerpo de Artillería del capitán Manuel Blanco Encalada (1790-1876), seguido por los avances de los batallones de San Martín, Las Heras y la posterior llegada de O´Higgins y sus hombres. La batalla fue ganada por los patriotas y fue fundamental para consolidar la Independencia y afectar física y moralmente al ejército realista, que se replegó al sur (Barros Arana, Diego. Historia jeneral de Chile. Tomo XI. Santiago: Rafael Jover editor, 1889, p. 350-484).

Si bien entre mayo de 1818 y fines de 1819 se desarrollaron algunos combates menores, sobre todo en los valles centrales -combates de Curalí, Hualqui, Yumbel, entre otros-, el triunfo independentista ya estaba asegurado, Lord Thomas Cochrane (1775-1860) había tomado Valdivia, la proclama de Independencia publicada y comenzó el proceso de organización de la Expedición Libertadora del Perú, que zarpó desde los puertos de Chile.

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