La batalla de Chile
La batalla de Chile es el título de una trilogía de documentales concluidos entre los años 1975 y 1979, con guión y dirección de Patricio Guzmán. La serie constituye un testimonio fílmico de la efervescencia política y social que se vivió en Chile durante el gobierno de la Unidad Popular encabezado entre 1970 y 1973 por Salvador Allende.
La batalla de Chile I-II-III fue una película gestada entre la ebullición de las calles de Santiago y el sigilo de una sala de edición en Cuba. Guzmán realizó el filme junto a un equipo reducido de colaboradores, compuesto por el camarógrafo Jorge Müller, el sonidista Bernardo Menz, el ayudante de dirección José Bartolomé, el productor Federico Elton y el montajista Pedro Chaskel. Tras el golpe militar, Guzmán, Elton y Bartolomé debieron salir del país. Más tarde lo hicieron también Menz y Chaskel, no sin antes asegurarse de salvaguardar el material fílmico: gracias a la colaboración directa del embajador de Suecia, Harald Edelstam, este fue enviado por barco a Estocolmo y, desde ahí, a Cuba. Un año más tarde, el camarógrafo Jorge Müller fue secuestrado por la DINA en Santiago y es hasta hoy una de las 1.200 personas desaparecidas que dejó el régimen militar en Chile.
Las distintas partes de la trilogía fueron estrenadas a medida que eran terminadas en una pequeña sala de montaje del Instituto Cubano de Artes e Industria Cinematográfico (ICAIC). Cada capítulo se refiere a un tema específico: La insurrección de la burguesía, El golpe de Estado y El poder popular. Todas recibieron numerosos premios en los Festivales de Grenoble, Bruselas, Benalmádena, La Habana y Leipzig, y fueron estrenadas en las salas de 35 países de Europa, América, Asia y Australia. En efecto, es la obra documental de América Latina más difundida en el mundo.
Como película, La batalla de Chile I-II-III es el producto de la maduración de dos trabajos precedentes que Guzmán realizó durante la Unidad Popular: El primer año (1972) y La respuesta de Octubre (1973). La batalla de Chile incluye algunas imágenes de estas películas, pero articuladas de manera distinta y, por tanto, insertas en otro relato. La relevancia particular de El primer año es que llamó la atención del cineasta francés Chris Marker, quien entregó un apoyo fundamental a Patricio Guzmán para la producción y finalización de La batalla de Chile.
La recepción internacional de la crítica fue entusiasta: desde la revista The New Yorker, la influyente Pauline Kael dijo que era "un filme mayor, espectacular, filmado con sensibilidad" y Vincent Canby, desde el diario The New York Times, la saludó como "un film épico".
A pesar de este reconocimiento internacional, Patricio Guzmán se ha lamentado muchas veces de la insólita situación que viven sus películas en Chile, donde ninguna de ellas ha sido exhibida por los canales de la televisión abierta.