Sewell
El 29 de abril de 1905, un decreto del Ministerio de Hacienda autorizó la instalación en Chile de la empresa norteamericana Braden Copper Company, como encargada de explotar el yacimiento El Teniente, que permanecía abandonado desde fines del siglo XIX.
Así, en la ladera del Cerro Negro, en la Cordillera de los Andes, justo frente a la ciudad de Rancagua y a más de 2.100 metros de altura, se construyó a principios del siglo XX, el pueblo minero Sewell, la llamada ciudad de las escaleras, que alojó a los mineros y empleados que trabajaban en la que hasta hoy (2008) es la mina subterránea más grande del mundo.
En sus inicios, conocido como El Molino, no fue más que un pequeño campamento ubicado en la ladera más próxima a la mina y contaba con una planta hidroeléctrica, andariveles para transportar cobre y una fundición.
Sin embargo, a partir de 1915, cuando recibió el nombre de Sewell en honor a Barton Sewell socio de Braden, comenzó a crecer en infraestructura y arquitectura, tomando características propias de una ciudad, lo que se vio más fortalecido aún, con la construcción del ferrocarril que la unía con Rancagua en cinco horas de viaje y el aumento de demanda de cobre desde el extranjero a causa de la Primera Guerra Mundial.
Así, junto con el aumento de las instalaciones industriales, se construyeron más de cien edificios multicolores que alojaban a los mineros que vivían en camarotes para solteros y otros para casados y a los técnicos estadounidenses y sus familias, que se ubicaban en los chalets del "Barrio Americano". Durante este período se inauguró el Hospital, que sería durante mucho tiempo el más moderno de Sudamérica, la Compañía de Bomberos, el gimnasio Palacio de los Deportes, los clubes sociales, el cine que transmitía películas incluso antes que en Santiago, tres escuelas industriales, una Iglesia Católica, la primera brigada de Boy Scouts del país, una cancha de bowling y una piscina temperada.
Dadas sus características geográficas y humanas, Sewell se conformó como una ciudad sumamente particular para la época. Tanto la educación, la salud y la vivienda eran gratuitas y la población estaba fuertemente segregada entre norteamericanos y chilenos, y casados y solteros. Su población aislada, vivía con normas dadas por el Departamento de Bienestar Social que velaba por el orden general e imponía la ley seca. Esta armonía sólo era interrumpida por los conflictos y accidentes laborales, como fue el caso de "La muerte negra" en 1945, conocida como la tragedia más grave de la historia de la minería chilena. En ella, murieron más de 355 trabajadores asfixiados debido a las emanaciones de monóxido de carbono del incendio de una fragua situada en uno de los portales de acceso a la mina.
En la década de los 60 la ciudad alcanzó su máximo esplendor, albergando a más de 15.000 habitantes. Sin embargo, en 1967, cuando comenzó el proceso de chilenización del cobre, el Gobierno compró gran parte de la Compañía del Cobre Braden y empezó la "Operación Valle", que consistió en trasladar a los habitantes del lugar a Rancagua, lo que se vio fortalecido gracias a la construcción de una carretera que unía ambas ciudades. Así, lentamente, la ciudadela comenzó a ser despoblada, lo que se acentuó más aún con el fin del funcionamiento del ferrocarril en 1976.
En 1998, el campamento minero Sewell fue declarado monumento nacional y en julio del año 2006, fue declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, destacándose por ser un ejemplo de las ciudades industriales de principios del siglo XX.