Escuela de Artes y Oficios
El 8 de agosto de 1849, el Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción Pública dictó un decreto firmado por el presidente Manuel Bulnes, mediante el cual se comunicaba que: "el día 18 de septiembre próximo venidero se verificará la apertura e instalación de la Escuela de Artes i Oficios de Santiago", con los talleres de carpintería, herrería, mecánica y fundición. La inauguración oficial de la Escuela se insertó en el marco de las actividades conmemorativas de la independencia nacional y se realizó el día 17 de septiembre.
Rápidamente la Escuela adquirió un sólido prestigio. En la segunda mitad del siglo XIX, su estabilidad institucional y su contribución al avance industrial del país permitieron que el reconocimiento a su labor traspasara las fronteras nacionales, convirtiéndose en una de las más importantes de América Latina.
La institución instruía a más de un centenar de estudiantes que, anualmente, obtenían capacitación y se especializaban en distintos oficios como herrería, mecánica, fundición y modelación de maderas, entre otros. Las máquinas y herramientas para el uso agrícola e industrial, creadas en los distintos talleres por profesores y alumnos, fueron premiadas en exposiciones nacionales e internacionales.
El desarrollo y la consolidación de la Escuela de Artes y Oficios de Santiago fue simultáneo al establecimiento en las provincias de las Escuelas de Minas de Copiapó, La Serena y Antofagasta y a la formación de escuelas industriales en Temuco, Concepción y Valdivia, las cuales contribuyeron decisivamente al crecimiento económico y social de las regiones.
Las necesidades técnicas e industriales del país y de los estudiantes que anhelaban una mayor especialización fueron gestando poco a poco la Escuela de Ingenieros Industriales. Así, bajo el gobierno de Pedro Aguirre Cerda en 1940, se estableció en Santiago, la Escuela de Ingenieros Industriales; institución que debía formar profesionales de alta calificación para esta rama de la producción. Cuatro años más tarde, se fundó el Instituto Pedagógico Técnico, con la misión de preparar personal docente capaz de atender los requerimientos de la educación técnico profesional.