El alzamiento general mapuche que acompañó la revolución de 1859, causó gran debate en el país sobre la necesidad de ocupar de manera definitiva el territorio araucano. El alzamiento causó la destrucción de todos los pueblos fundados al sur del Bío-Bío y la ruina de numerosas haciendas establecidas en la región. Desde entonces, la opinión pública presionó al Gobierno para encontrar soluciones definitivas al conflicto, que pasaban por la ocupación total y definitiva del territorio mapuche, el que era visto como una cuña que separaba la zona central de Chiloé y la región de Llanquihue y Osorno, recientemente colonizada con inmigrantes alemanes. La empresa era vista como la extensión de la civilización hacia el sur, sacando a los mapuche del estado de "barbarie" e "ignorancia" en el que se encontraban.