Colectividades
Al alero de la Iglesia católica y otras iglesias cristianas se desarrollaron, después del golpe de estado, una serie de agrupaciones compuestas por mujeres o casi exclusivamente por ellas, dedicadas a acoger y defender a las víctimas de la represión. La Iglesia católica también apoyó a pobladores para resolver problemas de subsistencia causados por la alta tasa de cesantía. Los problemas de alimentación fueron mitigados con la creación de comedores infantiles, ollas comunes y comités de cesantes. Además se formaron talleres de manualidades para que las mujeres pudieran conseguir algunos ingresos. La confección de arpilleras fue el proyecto más exitoso.
Estas organizaciones junto a otras creadas a partir de 1980, constituirían la base del movimiento de mujeres. Las agrupaciones tomaron carácter feminista hacia 1977, cuando iniciaron un proceso de reflexión acerca de cómo vivían, en tanto mujeres, el impacto de la dictadura. Al mismo tiempo, surgían grupos de mujeres de clase media, profesionales de las ciencias sociales, que discutían desde una perspectiva académica el sujeto femenino en el país. Así se creó el Círculo de Estudios de la Mujer. Más tarde esta institución se dividiría en el Centro de Estudios de la Mujer (CEM) y la Casa de la Mujer La Morada.
Pobladoras y grupos femeninos defensores de derechos humanos, junto a intelectuales y políticas, se unieron a través de distintos eventos para compartir experiencias y armar una movilización femenina a favor de la democracia. Se estableció de antemano que las distintas organizaciones conservarían su autonomía. Entre las agrupaciones más conocidas se encuentran: la Organización de Mujeres de Chile (MUDECHI), de tendencia comunista y que se extendió por Santiago, Valparaíso y Concepción, inscribiendo pobladoras en alto porcentaje; Grupo las Domitilas formado por pobladoras de la zona sur; Movimiento de Mujeres Pobladoras (MOMUPO), que reunía varios grupos de pobladoras de la zona norte de Santiago; Movimiento de Mujeres por el Socialismo (MMS); Comité de Defensa de los Derechos de las Mujeres (CODEM), próximo al Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR).
Una de las formas más exitosas de organización fue la constitución del MEMCH 83, impulsada por Elena Caffarena y Olga Poblete, antiguas dirigentes del MEMCH de los años treinta, inspirador del nuevo movimiento. El MEMCH 83 tuvo el objetivo de coordinar algunas de las agrupaciones que existían que, a su vez, congregaban a varias agrupaciones bajo su seno.
Otra iniciativa importante fue la formación de Mujeres por la Vida que nació a partir de la Carta Abierta, una convocatoria dirigida a integrar organizaciones de amplio espectro social y político, para unirse en pos de recuperar la democracia. La organización se concretó en un acto realizado en el Teatro Caupolicán de Santiago, el 23 de diciembre de 1983, al cual asistieron más de diez mil mujeres. El lema del encuentro fue "Hoy y no mañana, ¡Por la Vida!".